Texto: Kira
Fotos: VagabundosMx
Familia, amigos, cerveza y mucho ska, la receta ideal para festejar 25 años de carrera musical y justamente eso hicieron los Estrambóticos el pasado 26 de mayo del 2018, en el Plaza Condesa.
Eran las 8 de la noche en punto, el Plaza ya estaba a reventar y los asistentes impacientes esperaban el momento de dar inicio a este viaje, fue entonces cuando sonó “Todos somos estrambos”, los gritos, aplausos y brincos de alegría de los fans, literalmente, hacían temblar el recinto.
Los integrantes de la banda, Arturo “Pino” Ruelas (voz), David “Chadou” Sánchez (guitarra), Gabriel Bronfman (bajo), Adrián Vallarta (batería), César Rojas (teclado), Pablo Coello (sax) y Helios Escalona (trombón), no perdieron, cada oportunidad que tenían para agradecer a su público, tanto nuevo, como a aquellos que los siguieron desde sus inicios en el ya lejano 1992 cuando inició el largo viaje.
Como ya había sido anunciado, en esta ocasión, se presentaron dos temas que formarán parte de su próxima producción llamada “Basado en hechos reales”. Estas canciones son, “La fuerza del Latino” y “30 monedas”; así mismo pudimos escuchar temas ya considerados grandes éxitos de la banda y clásicos del ska, que todos alguna vez hemos escuchado, ya seamos fans o no de la agrupación, ya que son canciones que nunca faltan en una buena fiesta, “La herida”, “Gracias”, “Quiero estar” y “Todo va a estar bien” fueron algunas de estas canciones, mismas que venían acompañadas de toda clase de sentimientos, el contraste se hacía notar, girabas la vista a la izquierda y veías a alguien llorar, a la derecha y te encontrabas caras de nostalgia, atrás una chica eufórica mandando un mensaje a su amiga y gritando “¡Nuestra rola!”.
Aún con todo esto, se notaba la ausencia de un ingrediente importante, algo que si no es sinónimo de ska, sabemos que no puede faltar jamás, por supuesto estoy hablando del slam, había pasado medio concierto y nadie había llegado a ese nivel de euforia necesaria para ello, pero todo esto cambió en cuanto Madame Récamier subió al escenario a interpretar “Ciegos de amor” junto a los Estrambóticos, la energía acumulada, la euforia e histeria explotaron, gritos aplausos, y baile, se hicieron sentir, una experiencia, que se tiene que vivir, no puedes decir que has vivido si nunca has terminado adolorido después de un concierto de ska.
El festejo continuó con “Soñar contigo”, “El orangután”, un cover de la Sonora Santanera, “La cerveza y el dolor”, todas y cada una de estas rolas, eran coreadas por cada persona presente en el lugar, el slam no paraba, fue así que llegamos al final de este magnífico show, Arturo Ruelas, vocalista de la banda, se dirigió al público y dijo “esta noche es para festejar, ustedes pidan la canción que quieran y nosotros la tocamos” y al unísono el público pidió “Peter Punk”, vaya manera de dar cierre a la presentación, son las únicas palabras que se me ocurren para describir el ambiente que puso esa canción.
La banda ya se había despedido antes de tocar “Peter Punk” y al finalizar lo volvieron ha hacer, se acercaron al filo del escenario, dedicaron algunas palabras de agradecimiento y amor a sus familias y fans, y junto a Madame Récamier, la invitada especial de la noche, hicieron una reverencia al público, y abandonaron el escenario, aún así nadie se movía de su lugar, fue cuando se escucharon los gritos del público “¡otra, otra!”, tanta fue la influencia de los presentes que los festejados salieron a tocar por segunda ocasión “La herida”, no sé si fue mi imaginación, pero en está segunda ocasión, la euforia que se vivía en el lugar, se vio potenciada.
La organización en el Plaza, fue muy buena, en cuanto a seguridad, diría que también incluso en esta ocasión había un par de paramédicos al pendiente para dar atención inmediata a cualquier inconveniente que pudiera presentarse, afortunadamente no fue necesario recurrir a su auxilio, el único detalle, fueron unas fallas técnicas con los micrófonos, ya que Madame Récamier, casi no se escuchó cuando estuvo en el escenario, y de vez en cuando las voces en los coros tampoco se distinguían, de ahí en fuera es un show digno de recordarse.