Por: GabaMaiden
Economía Creativa
Esta semana rumbo a mi chamba de consultoría y aprovechando la deliciosa y godín comodidad de viajar en el bus que ésta me proveé, tomé un rico tiempo para leer sin la bronca de tener que ir lidiando en la manejada con los conductores, que se quedan en estado de catatonia y no dejan que la circulación fluya.
¿El libro en cuestión? Pequeño Cerdo Capitalista de Sofía Macías; dicho libro verde, de muy cómodo formato y editado por Santillana, además de despertarte a buena hora del día, da una maravillosa perspectiva de lo que podemos hacer con las ganancias que nos da nuestro querido dinero, sin importar si la suma es alta o paupérrima.
Sin duda, otro tema que atrae a este grandioso libro es la creatividad, aquella musa que muchas veces bebemos en grandes tarros de cerveza y que al siguiente día vemos cantar Guadalajara en el baño. ¿A dónde va a dar? Para nada recomiendo que dejemos ir esos días de diversión con nuestros amigos, detalles, amores y familia. ¡Nel! De lo que hablo hoy, es de la economía creativa, ese gran poder que a veces dejamos ir por unos breves momentos de olvido.
De la Creatividad a la Economía Creativa
También, durante esa misma semana, acudí a una clase muestra en uno de los gimnasios más lujosos de la ciudad, en primera, porque me llamaron la atención varias de las clases novedosas que existían y en segunda, porque una merece consentirse y no tan sólo pensar en trabajar de Sol a Sol. Al final, la clase fue muy buena y tanto la amiga que me acompañó, como yo, terminamos molidas en lo que supimos que era un nivel 6. Haciendo el comparativo con otros gimnasios, comencé a pensar en opciones y en la viabilidad de inscribirme al glamoroso lugar.
Pensé en todo lo que podría hacer con ese dinero, sin descuidar mi decisión de tener una vida más saludable, dejando de fumar y gozando de nuevas alternativas. Descubrí que varias de las actividades que ofrecía el gimnasio podía encontrarlas en YouTube y llevarlas a la práctica en casa o en un parque fregón, pero lo más importante; el dinero que me ahorraría, podría invertirlo en tiempos, en actividades y claro, en más lana.
En resumen, podía buscar un parque en dónde correr de manera segura y gratuita, organizarme para tomar un par de clases a la semana en ese lugar o en otro de la misma calidad, pero a menor costo y que con ello podría por ejemplo, comprar una bici padre.
El Espacio Urbano: Un Territorio Rico Por Explotar
Dentro de ese hábitat, hasta ahora explorado, explotado y etiquetado por el gobierno y la misma gente en espacios “cool”, la pregunta sería ¿Qué podemos aceptar como creatividad en el espacio urbano y por qué podríamos etiquetarlo como parte de una industria o de la economía de la ciudad?
¿Qué nos hace creativos? ¿Qué le da a la ciudad esa igualdad creativa? ¿Qué es la creatividad? ¿Cómo ello se expresa en la vitalidad de una ciudad en materia cultural, social y económica?
La creatividad es inventiva, una manera de encontrar soluciones a nuestros deseos y necesidades, tomando las opciones que tenemos a la mano, así como las que nosotros mismos podemos crear.
Enfrentarnos a nuevas situaciones, que no necesariamente tendrían que ver con el espacio urbano, podrían ayudarnos a mirar de manera distinta nuestro propio estilo de vida y deseos personales.
Podríamos resumir todo lo anteriormente escrito en algo tan primitivo y básico como lo es el trueque, de donde emerge la vitalidad, aquello que nos impulsa a hacer las cosas, a alcanzar nuestras metas, a un intercambio denso, diverso y potencialmente cercano a los otros.
Y a ustedes, ¿Qué es lo que les impulsa a marcarse nuevos caminos? y dentro de ello ¿Cómo se traduciría a un modelo de economía creativa en su vida?